domingo, 31 de agosto de 2014

Bicicletas oxidadas


Le envió tantos mensajes que las palabras dejaron de tener sentido. Sus frases (tan pensadas, tan medidas y a veces tan poéticas) se le antojaban absurdos cascarones vacíos que navegaban sin encontrar su destino. 
El destino nunca respondió.
Ella sintió (lentamente, fatalmente) que todas las palabras se convertían en bicicletas oxidadas y que vagaba con ellas por una carretera cortada. 

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