martes, 22 de julio de 2014

El miedo y yo


Esta tarde me propuse visualizar el miedo. 
Lo encontré fácilmente en una de sus formas habituales.
Me miró... Lo miré... 
Lo miré y me di cuenta de que es algo demasiado ridículo como para temerle. 
Me acerqué a él. Le planté cara. Le dije que no le temía.
El miedo bajo la mirada, hizo como que buscaba algo en el suelo y se escondió tras la buganvilla blanca. 
No se dio cuenta de que yo estaba aterrada y que no puedo asustar a nadie.

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