domingo, 4 de mayo de 2014

Quiero decirte


Querido amigo, cuando llegan fechas como puñales te necesito. 
Cuando me embarga la tristeza imprecisa te necesito. 
Cuando no puedo con los días neutros te necesito...
Quiero decirte que estoy desangelada sin tu mano hermana.
Era bueno estar juntos en este desierto extraño y huraño... 
Éramos dos formas de soledad que se reconocieron, dos miradas que se dirigían al mismo fuego, dos almas perdidas que, al entrar en contacto, pudieron vivir a la luz de otra estrella... 
Por eso te echo tanto de menos.
Tendría que contarte las cosas que me pasan y las que no, lo que siento, lo que temo, lo que quiero y lo que no quiero... 
Y no estás. 
Hace ya mucho tiempo que no estás.
Te has ido difuminando como presencia en mi vida, pero en mi corazón sigues teniendo una enorme consistencia: es difícil habituarse a no tener noticias de mi otra voz.
Tu larga impresencia es absurda, aburrida e inútil...
Sin embargo, sonrío entre conchas y caracolas y arena tibia, porque el mundo contigo era un lugar hermosamente habitable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario